martes, noviembre 27, 2007

Eternamente te amo


Cosí cada día una vestimenta de amor, que mi desnudez solitaria cubriera con hilos de palabras escritas en poemas y cartas
Soledad que ríe como hiena, salvaje y carroñera despedazando el glotis, para asesinarme la voz y que calle el silente sentimiento que mi cuerpo invade como intrépido mar.
Vacuos sonidos farfullo, ellos se pierden en espesos bosques donde sólo se oyen nítidos trinos, cantando loas al hombre que me arrebató la razón.
Desorientada y descalza no siento frío,… ¡sígueme hablando amor mío!... que muda y sensual te sigo y ciñéndote con mis brazos, en mi regazo te acuno meciéndote entre murmullos de ternura y sal.
Chiflada vuelo con alas de papel mientras el ventarrón me eleva hasta las nubes y empujándome, te descubro perdido tu mirar en el horizonte,…siempre distante hasta que rompes haciendo añicos el silencio, para decirme: “eternamente te amo”.
Errante en medio de mi locura, soy Penélope que teje y desteje ilusiones en larga espera, marioneta desarticulada que permanece quieta aguardando tus manos, las que pondrán en movimiento los cordeles insuflándome nueva vida.
Paciente aguanto la ventisca sin zozobras en una eternidad de amor, que hace crujir los huesos y nos llena de desesperos los labios, repletos de ansías que pululan por nuestro cuerpo cada mañana al despertar.
“Eternamente te amo”...¡eternamente!…en un tiempo sin principio ni final.