sábado, octubre 21, 2006

Soy tu mujer


Autumn in New York

Soy la mujer que te sueña cada noche, la que habita en dos mundos ambos mágicos, uno rodeado de bellezas naturales cíclico y real, el otro, pura fantasía en donde se puede detener el tiempo, hacer que las agujas del reloj giren a la inversa repitiendo momentos, eternizando primaveras, inmortalizando besos, perpetuando ternezas y que los jazmines sean perennes a la luz de un sol que nunca se oculta, y que en las noches siempre constantes, nos abrace la luna llena.
Soy la mujer que te inunda con rocíos de esperanza, lluvia tibia que acaricia tu piel silente de ausencias, Penélope que espera paciente sobreviviendo en mí el verbo amar, sintiéndome aún tú lejano, incrustada en tu costado.
Soy la única mujer que te embriaga atándote a mis vértices, recovecos que sólo tú transitas haciéndome dúctil en tus manos que por ti supuran aromas, hembra forjada en la fragua de tus labios, labrada con suspiros de anhelos, fundida al tegumento de tu carne inmaculada y sin pasado.
Soy tu mujer, certidumbre de tus añoranzas hechas realidad, promesa y decisión de recorrer la misma latitud sin desvíos, en el otoño de nuestra soledad, con bríos de amaneceres listos para volver a empezar.
Soy la mujer que moraba en tu íntimo secreto, el profundo, entre nebulosas brumas sin ser silueta y hoy, despejada y clara, perceptible y material, abotonada me llevas aspirándome afanoso, en las suturas de tus deseos.
Soy tu mujer y hembra, la que teje con hilos de versos ilusiones imperecederas, parábolas en nuestras almas y sensaciones en las esquinas que palpitan, relentes escarchas que se derriten apasionadas.
Sólo soy la mujer que tú, amor mío, esperabas.