sábado, octubre 21, 2006

Nueve Lunas




















Vangelis - Rachels Song


Apasionado y libidinoso encuentro encontró la tierra fértil para sembrar su simiente, encapsulada semilla apañada en la tibia cuna de arcilla, la luna llena vigía observa con una sonrisa.
Capullo que ni te haces sentir aún, vas cambiando como las fases de la luna que te ilumina moldeándote silueta.
El vientre donde moras te alimenta, savia de vida que robustece convirtiéndote en ninfa con el arribo de la segunda luna llena,…crisálida en el cuerpo de una mujer que con ternezas te sustenta.
Cíclica luna regresas llena, oteas desde tu atalaya a la mujer que con paciente calma, acaricia su vientre que se abulta, cantándole nanas a su amorfo cigoto para que la oiga con voz que anhela.
Flota sílfide en tu burbuja de agua, el amor te rodea entre suspiros de espera mientras la luna ronda a tu madre, marcándole el tiempo que aún falta para tu arribada al mundo que se presenta.
Embrión que creces y tus formas ya te identifican sexo, varón dijeron cuando llegó nuevamente la luna y observándote dio un paseo por las ansias tiernas de tu madre que te lleva a cuestas.
Tu corazón late al compás del suave palpitar de tu madre,… que se mira al espejo viendo como creces en sus entrañas, dulces sonrisas afloran en su cara,…y la luna escolta los días que faltan, en vela.
El espacio se hace pequeño, te desperezas y estiras las piernas produciendo alboroto en quienes te sueñan,…te proyectan un futuro de cosas buenas,…la luna patrulla los meses de la tierna espera.
Fuerte y sano quieres salir, pero aún no es el momento, la luna vigilante espía desde una azotea con risa picaresca y se va a dar otra vuelta.
Llegó el momento mi niño, la luna observa el jadeo de tu madre que puja, ayudándote para que nazcas a la vida, que generosa te augura la bienvenida.